Las texturas son un aspecto importante del diseño de interiores, ya que pueden aportar profundidad e interés a un espacio. Se pueden utilizar diferentes materiales como terciopelo, lino, algodón o madera para integrar texturas en la habitación. Comienza con los elementos más grandes del espacio, como muebles o alfombras, y elige materiales que se sientan bien y sean visualmente atractivos. Un sofá de terciopelo, por ejemplo, puede crear una atmósfera lujosa y acogedora, mientras que una cortina de lino parece ligera y aireada. Luego, añade texturas más pequeñas, como cojines, mantas o piezas decorativas. Estos pueden estar hechos de diferentes materiales y tener diversas texturas para crear interés visual. Asegúrate de que las texturas armonicen entre sí y no hagan que el espacio se vea desordenado. Una mezcla equilibrada de superficies lisas y texturizadas puede hacer que un espacio sea más interesante sin sobrecargarlo. Las texturas también se pueden añadir mediante revestimientos de paredes o papel tapiz, que aportan una dimensión adicional al espacio. Experimenta con diferentes materiales y superficies para encontrar el equilibrio perfecto para tu espacio.