Cada estilo de decoración tiene sus propios colores característicos y conceptos de color que ayudan a crear la atmósfera deseada. Si deseas dividir espacios abiertos en diferentes zonas, es útil conocer y utilizar los conceptos de color de los respectivos estilos de decoración.
El estilo escandinavo, por ejemplo, se caracteriza por colores claros y neutros como el blanco, el gris y el beige, que crean una atmósfera tranquila y acogedora. En espacios abiertos, este estilo puede complementarse con el uso de tonos pastel para resaltar ciertas áreas sin perturbar el efecto armónico general.
El estilo industrial, por otro lado, apuesta por colores más oscuros como el negro, el antracita y tonos oxidados, que en combinación con elementos de metal y madera crean una atmósfera urbana y moderna. En un espacio abierto, estos colores pueden utilizarse para delimitar visualmente áreas de trabajo o cocinas.
Para el estilo Boho, son típicos los colores intensos y terrosos como el terracota, el amarillo mostaza y el verde oliva. Estos colores pueden utilizarse en espacios abiertos para crear zonas acogedoras e invitantes que inviten a quedarse.
El estilo minimalista apuesta por una paleta de colores reducida con líneas y formas claras. Aquí dominan el blanco y el negro, complementados por tonos grises discretos. En espacios abiertos, este estilo puede suavizarse mediante el uso estratégico de colores de acento para resaltar ciertas áreas.
Otro estilo de decoración popular es el estilo rústico, que se caracteriza por colores cálidos y naturales como el crema, el arena y el verde pastel. Estos colores son ideales para crear una atmósfera acogedora y hogareña en espacios abiertos.
Conociendo y utilizando estratégicamente los conceptos de color de los diferentes estilos de decoración, puedes diseñar espacios abiertos no solo de manera funcional, sino también con estilo. La elección de los colores siempre debe estar en armonía con la atmósfera deseada y la función de cada zona.