La elección de los contrastes de color adecuados depende de varios factores, incluyendo el estilo de tu hogar, el tamaño de las habitaciones y tus preferencias personales. Un buen punto de partida es el círculo cromático, que te ayuda a identificar colores complementarios que se complementan bien. Estos colores se encuentran opuestos en el círculo cromático y generan un fuerte contraste que es visualmente atractivo. Ejemplos son azul y naranja o rojo y verde.
Otro aspecto importante es el tamaño de la habitación. En habitaciones pequeñas, contrastes demasiado fuertes pueden hacer que el espacio parezca recargado. Aquí es aconsejable trabajar con contrastes más sutiles, como diferentes tonalidades del mismo color o la combinación de tonos neutros con un acento fuerte.
Tu estilo personal también juega un papel importante. Si prefieres un estilo minimalista, los contrastes suaves en tonos neutros podrían ser más adecuados. Para un estilo ecléctico o bohemio, en cambio, los contrastes fuertes y coloridos son ideales.
También es útil inspirarse en elementos existentes en la habitación, como muebles, obras de arte o textiles, y utilizarlos como punto de partida para la elección de colores. Finalmente, es importante considerar la iluminación, ya que puede influir mucho en la percepción de los colores. Experimenta con diferentes fuentes de luz para ver cómo los colores se ven en la habitación.