La elección de colores para una oficina en casa que debe fomentar tanto la creatividad como la estructura es crucial. Colores claros y neutros como el blanco, beige o gris claro son ideales como base, ya que hacen que el espacio parezca más grande y abierto, creando un ambiente tranquilo y claro. Estos colores fomentan la estructura y el orden, lo cual es importante para la productividad.
Para resaltar el lado creativo, se pueden utilizar colores de acento. Tonos pastel como el verde menta, azul claro o rosado crean una atmósfera suave e inspiradora que no es demasiado llamativa, pero que aún así aporta color. Para acentos más atrevidos, se pueden usar colores más intensos como un azul profundo o un verde intenso. Estos colores pueden integrarse en forma de accesorios, como cojines, cortinas o cuadros.
Además, la iluminación juega un papel importante. La luz natural es ideal, ya que hace que los colores en la habitación parezcan vivos y mejora el estado de ánimo. Si esto no es posible, se debe prestar atención a una buena iluminación artificial. Las lámparas LED de luz blanca cálida son una buena opción, ya que proporcionan una luz agradable que cuida los ojos y resalta bien los colores en la habitación.