Las decoraciones juegan un papel central en el estilo oriental moderno, ya que le dan personalidad al espacio y subrayan la atmósfera exótica. Son esenciales para crear un equilibrio entre elementos tradicionales y modernos y para diseñar el espacio de manera armoniosa.
Un aspecto importante al elegir decoraciones es la paleta de colores. Tonos cálidos de tierra, rojo profundo, azul intenso y dorado son típicos del estilo oriental moderno. Estos colores pueden integrarse en el espacio en forma de cojines, alfombras o cortinas. Especialmente las alfombras con patrones orientales son imprescindibles, ya que no solo son visualmente atractivas, sino que también crean un ambiente acogedor.
Las lámparas y luces también son decisivas. Las linternas orientales o lámparas colgantes con patrones delicados y luz cálida crean una atmósfera acogedora. Pueden usarse como fuente de luz central o como iluminación de acento para resaltar ciertas áreas del espacio.
Las decoraciones de pared como obras de arte con motivos orientales o espejos con marcos elaborados le dan profundidad al espacio y pueden servir como punto focal. Accesorios como jarrones, cuencos o candelabros de materiales como cerámica, vidrio o metal completan el conjunto. Deben seleccionarse cuidadosamente para no sobrecargar el espacio, sino para establecer acentos específicos.
En general, la decoración en el estilo oriental moderno se trata de encontrar un equilibrio armonioso entre elementos tradicionales y modernos. La decoración no debe dominar el espacio, sino complementarlo y subrayar la atmósfera deseada.