Las braseros se fabrican con diferentes materiales, cada uno con sus propias ventajas y desventajas. El metal, especialmente el acero y el hierro fundido, es uno de los materiales más populares para los braseros. Es robusto, duradero y puede soportar altas temperaturas. Los braseros de metal suelen ser fáciles de mantener y están disponibles en una variedad de diseños, desde modernos hasta rústicos.
La cerámica es otro material que se utiliza frecuentemente para los braseros. Ofrece un aspecto natural y estéticamente atractivo. Los braseros de cerámica suelen ser más pesados y pueden ser más sensibles a las condiciones climáticas extremas, pero ofrecen una apariencia única y rústica.
La piedra, como el granito o el mármol, también es una opción popular para los braseros. Los braseros de piedra son extremadamente robustos y pueden ser una declaración visual impresionante en cualquier jardín. Almacenan bien el calor, lo que significa que pueden seguir emitiendo calor incluso después de que el fuego se haya extinguido.
Al elegir el material, también deberías considerar la ubicación y el uso del brasero. Si deseas mover la brasero con frecuencia, un material más ligero como el metal podría ser más ventajoso. Para una instalación permanente en el jardín, la piedra podría ser la mejor opción.