El estilo industrial es conocido por su paleta de colores discreta, que se inspira en los materiales utilizados en antiguas fábricas y talleres. Los colores típicos son gris, negro, blanco y varios tonos de marrón. Estos colores reflejan los tonos naturales del metal, el concreto y la madera, y otorgan al espacio una estética sencilla pero llamativa.
El gris es uno de los colores principales en el estilo industrial y puede usarse en diferentes matices, desde el gris claro del concreto hasta el gris oscuro antracita. El negro se utiliza a menudo para acentos metálicos o como color de contraste, mientras que el blanco puede emplearse en paredes o techos para hacer que el espacio parezca más luminoso y abierto.
Los tonos marrones, que reflejan los colores naturales de la madera, también son importantes. Pueden usarse en forma de muebles o suelos de madera y aportan calidez y confort al espacio.
Los colores de acento pueden usarse con moderación para darle un toque personal al espacio. El verde oscuro, azul oscuro o rojo óxido son colores de acento populares que combinan bien con el estilo industrial. Pueden usarse en forma de cojines, alfombras o elementos decorativos para dar vida al espacio y añadirle profundidad.
En general, la paleta de colores en el estilo industrial debe ser armoniosa y equilibrada para subrayar el aspecto distintivo y al mismo tiempo crear una atmósfera acogedora.