Para un jardín relajante, son adecuadas las plantas que son tanto visualmente atractivas como fáciles de cuidar. La lavanda es una excelente opción, ya que no solo es hermosa, sino que también emite un aroma calmante. El romero y la melisa también son ideales, ya que son fáciles de cuidar y difunden un aroma agradable. Las plantas perennes como el boj o la hiedra proporcionan color y estructura durante todo el año. Si prefieres flores, las hortensias, rosas o lirios son una buena elección, ya que aportan variedad con sus colores y formas. Asegúrate de elegir plantas que se adapten a las condiciones de luz y al suelo de tu jardín. Hierbas como la menta, el tomillo o la salvia no solo son útiles, sino también decorativas y se pueden cultivar en camas elevadas o macetas. Si tienes espacio, también podría valer la pena considerar un pequeño árbol frutal como un manzano o un cerezo. Estos no solo ofrecen sombra, sino también frutas que puedes disfrutar. En general, las plantas deben integrarse armoniosamente en el entorno y contribuir a la relajación.